Gabriel, a sus 18 jóvenes años, tenía muy claro cuál era su propósito en la vida, hacer relucir a través de su saludable y limpia mirada, el Arte, que inquietamente su interior, tenía para dar y crear.

Incursionó en la música y en la poesía, seduciendo con una pícara timidez, desahogando penas de su niñez-

Con su aire bohemio y rocanrolero, de los años 90, Sabina y Fito Páez lo inspiraron, logrando soltarse de su melancolía, tirando muros, se abrió aún más, y su creatividad delicada y romántica, brotó, dando frutos.

Y, no hay músico que no aboque su creatividad, en las artes culinarias, así entre entrada, plato principal y postre se enamoró, formando una familia, en el momento justo, para su crecimiento creativo.

Gabriel, artista innato, mirada fina, sonrisa amable, fueron la base para que hoy deposite todas sus artes, en la fotografía.

No es individual o personal, lo que vaya a crear, ahora sus rimas, sus notas musicales, los aromas, las luces y las sombras, ya no le pertenecen solo a él, esa belleza se expande, se multiplica y se vuelve imborrable, para otras personas también, compartiendo la felicidad que sienten, en esos instantes, de magia fotográfica.

Jeanette , Mayo,2020.